Ya en sus primeros trabajos, Frank Lloyd Wright manifiesta un conocimiento profundo y un respeto constante en el uso de los materiales naturales. Vio la falta de generar tal respeto en las obras de otros arquitectos, de su época o de épocas precedentes. La piedra, el ladrillo y madera: durante mucho tiempo estos materiales arquitectónicos básicos habían sido escondidos, recubiertos , pintados o transformados, para satisfacer las exigencias de cualquier moda o gusto en particular. Pero él utilizó estos materiales del modo que le parecía más adecuado a la naturaleza; por ejemplo, haciendo que la masa de piedra se convirtiera en el elemento dominante de una casa o empleando los ricos colores de tierra de ladrillo producto del horno, en un volumen y unas formas que glorificaban el ladrillo. La madera fue su material preferido , sobre el que dijo: “ La madera es universalmente bella para el hombre. El hombre gusta de la estrecha asociación con ella; le gusta acariciarla con la mano; agradable al tacto y para la vista”.
En la arquitectura del siglo XIX no sólo se ignoraron los materiales naturales, sino que también los nuevos materiales como hormigón , acero, planchas de metal y cristal se utilizaron de modo anticuado. Pero Wright descubrió estos nuevos materiales y presintió que los nuevos métodos de utilizarlos serían como una maravillosa “caja de herramientas” para el arquitecto del siglo XX. El acero unido al hormigón- el hormigón armado- era elemento extraordinario que permitía una arquitectura completamente nueva para el siglo XX. El edificio Johnson Wax, la casa Kaufmann o “Fallingwater”, la torre de los laboratorios Johnson Wax, la torre H.C. Price y Guggenheim Museum son todos ellos ejemplos de construcciones con saledizos en hormigón armado. Frank Lloyd Wright descubrió muy pronto que, en este siglo, el trabajo manual sería cada vez más caro y , por ello, cada vez menos atractivo para la arquitectura. Por ello volvió su atención a las máquinas y a los métodos mecánicos.
Le seducía la idea de aplicar la idea de la prefabricación a las casas; así , en 1915 comenzó a trabajar en ello con el sistema “American Ready-Cut””. Sin embargo, esta concepción y estos proyectos resultaron adelantarse demasiado a las posibilidades de la industria, a la vivienda y a los métodos de financiación de la época.
Las cuatro casas de bloque de hormigón en Los Ángeles son un ejemplo extraordinario para ilustrar lo que Wright entendía cuando afirmaba: “la máquina debería ser un instrumento en manos del artista”. Y “ la máquina debería ser un instrumento en manos del artista”. Y “la máquina” era el molde de fundición en el que se vertía el hormigón para fabricar los bloques. Hasta entonces, el bloque de hormigón había sido el “hijo pobre” en la arquitectura. Pero Wright se dio cuenta de que , empleado como elemento constructivo o como decorativo, podría ser un bello producto, elevándose en el aire y a la luz del sol.
Del mismo modo trató otros materiales de la industria de la construcción: con la ayuda de máquinas, simples plantas de meta, de cobre y de aluminio, sin adornos, podían transformarse en superficies de diseño para decorar el edificio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario